"...Y no le otorgo poder al mal, ni a la tristeza, ni a la desesperación, solo al amor, a la esperanza y a la paz."

lunes, 10 de noviembre de 2014

En proceso de evolución.

     ¡Salir de mi zona de confort es lo más difícil que he hecho en mis 16 años!  La zona de confort es como la cajita en la que vivimos a gusto con todo, absolutamente todo fácil y a la mano. Allí donde nos sentimos seguros y abandonar el lugar sería arriesgar, lo que significa la posibilidad de perder, fracasar, sufrir. Es nuestro límite. Dentro de allí nada puede hacernos daño ni hacernos sufrir. Como dice el nombre, es donde nos sentimos confortables.

     Por ejemplo, personalmente defino mi actual zona de confort como mi hogar. La casa a la que estoy acostumbrada, tener a mis papás todos los días. Ese tiempo en el que mi mamá aún era mi despertador, con desayuno listo. La ropa mágicamente limpia en mi closet. Los mismos amigos que pensaba que siempre estarían allí. Mi colegio formaba parte de ello. Pedir que me traigan la comida que se me antoje y sin tener que pagar nada a cambio. Mi novio y la costumbre de pasar los lunes solo con él. La facilidad de tener el almuerzo listo todos los días, la cena segura. MI IDIOMA!! Es decir, todo eso a lo que yo estaba acostumbrada antes de venir vivir mi sueño.

     ¿No han notado cómo nuestro cerebro nos protege de salir de nuestra zona de confort? Cuando tenemos algo enfrente que implica arriesgar, que el cerebro sabe que existe la posibilidad de que nos duela, simplemente; nos frena. Por ejemplo, cuando tengo que hablar en público, cosa que me aterra. Mi cerebro sabe que me da miedo equivocarme y existe la posibilidad de que lo haga, entonces me frena; me pone un obstáculo. Me pongo nerviosa y me dan ganas de orinar, entonces si voy al baño y me rindo no tendría porqué hablar y equivocarme. ¡Gracias cerebro, que lindo! Pero no.

     La cosa es que, podemos controlar a nuestro cerebro y a nuestras emociones. Me ha tocado hacerlo en ese caso de hablar en público. Como dice Ismael Cala en su libro El Poder De Escuchar, "En la vida, para evolucionar, hay que salir de la zona de confort. Arriesgarse y cambiar es la única manera de crecer. Eso lo demuestra la teoría de la evolución. No importa si crees en la formación divina del universo o en Darwin. Lo que resulta innegable es la capacidad de las especies para adaptarse al medio, sobrevivir y mutar, de acuerdo con las condiciones del entorno." 

      Salir de mi rutina es lo más difícil que he hecho en mi vida. Resulta que soñar es mucho más fácil que vivir el sueño. Por supuesto que pensé en cómo sería esta experiencia muchas veces, pero ninguna de esas ilusiones eran como lo que estoy viviendo ahora. No me refiero a que ha sido una mala experiencia, simplemente, aquello era vacío porque en realidad no tenía idea de lo que iba a sentir luego, cosa que es totalmente normal. 


     Hay días en que quiero desistir y aquí entre nos, si hubiese podido regresarme antes de tiempo, me parece que lo hubiese hecho. ¡Pero gracias a Dios que no pude! Porque por más que me ha costado este reto, estoy segura de los buenos resultados que me traerá en un futuro. De hecho, ya estoy empezando a saborear nuevos cambios en mi crecimiento.

      Me ha costado de distintas formas, desde el nivel emocional hasta a nivel de salud. No ha sido fácil empezar a acostumbrarme a esta vida que decídi llevar; llena de libertad. He tenido que luchar contra mis mismos pensamientos, situaciones que me perturban y me desestabilizan emocionalmente. Sin embargo, esta experiencia me ha abierto los ojos frente a muchas cosas que antes no veía. He conocido gente maravillosa con mucho que contar. He aprendido muchísimo, todos los días me aseguro de aprender algo nuevo. Así sea lo más mínimo, al final del día me doy cuenta de lo valioso e importante que éste ha sido. Cada uno es como un pasito para llegar a donde quiero, y mientras tanto, debo disfrutar el camino.

      He aprendido a convencer a mi cerebro de que sí puedo salir de mi zona de confort y puedo ser feliz. Este gran reto ha implicado pequeños retos todos los días en los que continúo saliendo de ella. Por ejemplo, en el LCI (Language and Culture Institute) tomo dos clases; Grammar, Speaking and Listening, y Reading and Writing. En cuyas clases todos los días se me presentan retos y el que más difícil se me hace es hablar en frente de mi clase. Me aterra, pero no tengo alternativa. Al final del día, me haya equivocado o no, me hace sentir feliz pensar en el cambio que he logrado. Me sorprende a mi misma poder estar aquí, participar en una clase donde sólo se habla un idioma que no es el mío, presentar exámenes, hacer el esfuerzo de escribir pequeños ensayos, tener amigos de otros países y que nos comuniquemos en inglés... Entre tantas otras cosas que me animan todos los días. No todo el mundo hace este tipo de cosas y yo con dieciséis añitos lo estoy logrando. Así que me digo: Bárbara, ¡eso es grande!

    Aún sigo luchando conmigo misma en mi mente. Esto es sólo el principio, pero sin duda alguna hoy noto que he aprendido a adaptarme a la nueva realidad. Además, me está gustando este proceso de evolución en cuanto a mi personalidad. Arriesgarse es una decisión difícil, pero es la mejor decisión que se puede tomar. Porque no hay más. Te arriesgas, o te quedas siendo lo que eres para toda la vida. ¿Es eso lo que quieres? me refiero, ¿quieres vivir toda tu vida en tu zona de confort? Yo decidí que no. No nací para la monotonía. Aunque a veces exploto y me arrepiento, regreso a la calma y a la tranquilidad donde me aseguro de entender que los cambios me hacen evolucionar y crecer. Abrir mi mente me lleva todos los días a la vida que quiero llevar; una vida libre. 

  

    






1 comentario:

  1. Seguir paso a paso el camino que nos señala la luz de nuestros sueños nos conduce a la felicidad

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