Es
increíble cuan diferentes pueden ser nuestros mundos. Estaba al borde
de la locura, había algo que en realidad me hacía molestar. Quejándome
en frente de otro espíritu con una historia totalmente diferente, con la
cual me topé sin darme cuenta. Solo descargaba lo que había dentro de
mí… mientras desde el otro lado había comprensión y calma.
¿Cuántas
veces nos enfrascamos en nuestros problemas sin ver para los lados?
¿Cuántas veces mi solución ha sido descargar y no reaccionar? Nos parece
en ese momento que solo nosotros tenemos el derecho de reflejar nuestra
molestia. Resulta que cada una de nuestras mentes y nuestras almas, en
conjunto, son un mundo. Hemos creído menos importante la vida del otro
frente a la nuestra. ¿Por qué?
Acaso,
¿nos hemos preguntado cómo se siente hoy la persona que tenemos al
lado?, o ¿por qué actúa de esa manera? ¿Nos dedicamos a hacer sentir
bien a una persona ajena, o solo a nosotros mismos? Estamos viviendo en
un universo individual, estamos buscando siempre el bien para nosotros pero, y los demás? Hemos
perdido ese grado de humanidad y nos ha hecho pensar en nosotros mismos
únicamente. A mi parecer cada uno de nosotros somos importantes, y
debemos siempre pensar en nuestro bienestar. Aún así he determinado que
para poder alcanzar la felicidad cada día, es necesario hacerle bien a
otra persona.
Empecemos anotándolo, ¿a cuántas personas hice sonreír hoy? Verás que lo harás inconscientemente porque con esos momentos simples en tu día, te
vas a llenar muchísimo. No quiere decir que seamos payasos, es que
veamos la vida de una forma diferente, compartiendo luz y alegría, todos
los días. Recuerda que tú decides cómo será tu día. No depende de como
amanezcas, de qué sientas... Tú puedes cambiarlo! No vivas de ti y para
ti. Piensa que eres todo lo que te puedas imaginar, hasta allá puedes
llegar. No limites tus días a hacer, sentir y vivir lo que siempre haces, sientes y
vives. Cámbialo. Incluye al mundo, al universo. Inclúyete tú en él y
empieza tú lo que quieres cambiar. Vive porque tu vida es una bendición y
la forma más bonita de vivirla es compartiendola.
Aprendamos
a escuchar, aprendamos a valorar a quien está a nuestro lado. Valorar
no es de saber lo valioso que es, también es necesario hacérselo
saber. Esto me lo aclaro especialmente a mí; cuando nos sintamos
asfixiados por cualquier mínimo o gran obstáculo, pensemos, un momento,
en quien está al frente nuestro. Escuchemos lo que nos tienen para
decir. No cerremos nuestras mentes. Tener una mente abierta nos hace
vivir en libertad y plenitud.
Concluyo
con lo que inicié, cada uno de nosotros somos un mundo. Aprendamos a
compartir historias de vida y a aceptar. Escuchemos para crecer,
absorbamos todo lo posible de quienes nos rodean. Desde la persona que
menos tomas en cuenta hasta la que más, tienen historias que contar y de
las cuales exprimir vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario